Esta terraza pertenece a una masía recuperada del siglo XVII y es todo un paraíso: una piscina, como una alberca, da la bienvenida a la terraza, la cual está decorada con detalles artesanos que buscan hacerle un guiño al pasado a través de los materiales, como las grandes macetas de barro que “protegen” la piscina y la decoran.

Como antesala de ese jardín, la terraza se impone como espacio de relax y armonía. En él, el blanco de las tapicerías y del cañizo pintado multiplican la luz sin perder calidez gracias a las fibras que protagonizan este salón exterior. Una terraza con una decoración exquisita. 

Rodeada de piedra y naturaleza, esta terraza es el espacio perfecto para relajarse en buena compañía. La madera y las fibras casan a la perfección con el aspecto rústico de las paredes, que ve suavizada su dureza gracias a los cojines, de estilo boho.  

O un jardín que es una terraza. Y es que se trata del espacio exterior de un ático en el que las plantas –en especial la hiedra que sube por las paredes– son las principales protagonistas y las encargadas de llenar de frescura el espacio.   

Si quieres disfrutar de todas las ventajas de las plantas como si fuera un jardín, ¡créalo! Una buena idea es rodear el perímetro de plantas en maceteros alargados. De esta manera el comedor queda rodeado de vegetación y se aprovecha de su frescura. 

Esta terraza con hiedra en la pared es lo más. Nos encanta cómo han vestido aquí la pared del exterior con plantas trepadoras y enredaderas, y terminar el look con mobiliario de ratán y una alfombra de fibras. Todo un oasis de flora y relax… que han sabido fusionar con el jardín. 

En este piso en una planta baja, la terraza es el nexo de unión entre el interior y el jardín y su transición es prácticamente imperceptible gracias al uso que se ha hecho de las fibras naturales que lo protagonizan. 

Esta coqueta terraza, aunque presume de los mínimos muebles, no necesita mucho más. Y es que con esas impresionantes vistas al valle y al jardín, todo lo demás queda relegado a un segundo lugar.  

Aunque a distintos niveles (por un lado, la terraza, como en una tarima, y más abajo el jardín con piscina), esta terraza moderna es perfecta para un comedor exterior en el que celebrar tus comidas y cenas de verano. Lo mejor, el árbol que da sombra y bajo el cual se ha creado el comedor.   

Rodeado de plantas –algunas en macetas–, este espacio es el rincón perfecto para desconectar del mundo y olvidarse de todo. Cálido y fresco a partes iguales gracias tanto a las fibras de las sillas colgantes, farolillos y cestas, como a las plantas de exterior que lo protegen. 

La buganvilla, sin duda, es una de las mejores opciones para vestir una terraza o un porche para disfrutar así de una cubierta verde que, en verano, se tiñe de color.  En este caso queda genial subiendo y enrollada con las vigas del comedor exterior. 

¿Que aún quieres más verde en la terraza, además del que te conceden las vistas? Deja que una trepadora crezca por las paredes o por una columna, llenando de (aún más) frescor el ambiente.  

Creada con piedras en el suelo, entre las que crece el césped, ayuda a que esta terraza se sienta en medio del jardín. ¡Y es que lo está! Para darle aún un aire más campestre, las butacas de mimbre son la guinda perfecta.  

Aunque parezca un jardín salvaje, todas y cada una de las especies que rodean a esta terraza han sido elegidas con mimo. Y es que los jardines xerófilos (con especies autóctonas) se aprovechan de la climatología de la zona y decoran con su verdor. Olvídate de cuidar las plantas y relájate al fresco. 

El aspecto supernatural de este porche es clave en su (íntima) conexión con el jardín. Y es que los troncos que lo sostienen se han mantenido en su estado más natural. La vid y la hiedra que decoran el porche incrementan el efecto.     

Esta terraza es el regalo de un mini piso de poco más de 40 m². Consciente de ello, la propietaria decidió convertirlo en un oasis urbano para sentirse en el campo… a pesar de estar en pleno Madrid. Una mesa para cuatro es suficiente para disfrutar de comidas al fresco. 

Ni todo jardín ni todo terraza: un mix que permite aprovechar al máximo el espacio diversificando los usos. En esta terraza urbana se ha reservado una zona para el salón de verano, con un pavimento de piedra que ofrece una superficie más estable para el mobiliario. Y se ha rodeado de una zona ajardinada, con plantas y árboles, que, además de dar sensación de estar en la naturaleza, regalan frescor e intimidad. 

Nos encanta la pérgola de este rinconcito del jardín. Sin duda, las plantas trepadoras lo convierten en un lugar natural y hasta romántico. Pura inspiración.

Esta terraza es como un oasis esmeralda en plena ciudad. Cuenta con una pérgola donde se ha habilitado el comedor de verano, y una zona ajardinada que disfruta de la agradable sombra de las plantas y árboles que se ha reservado para el solarium con vocación de chill out. ¡Una de las mejores ideas para la decoración de tu terraza!

Esta terraza blanca es amplia y fluye, como un espacio abierto. Localizada en la Costa Brava, el jardín tiene mucho terreno, pero también tiene vistas al mar mediterráneo. No hay nada mejor que una zona exterior para relajarse y disfrutar del verano. ¡Y esta terraza cumple este requisito a la perfección! 

Para poder disfrutar más de esta terraza, los propietarios cubrieron el suelo con pizarra y construyeron una jardinera alrededor del espacio donde plantaron un ciruelo, lilos, un castaño… Ahora tiene un look de jardín asilvestrado que lo hace muy agradable para disfrutarlo tanto de día como al caer la noche, con unos farolillos para crear atmósfera. 

Esta terraza en el Ampurdán tiene un paisaje que parece una pintura: el jardín está lleno de plantas autóctonas de la región, y en el fondo hay una piscina para disfrutarla en verano. Es tan “casa de campo”, ¡que suelen pastar vacas en los prados de delante! En cuanto a la decoración, la mesa, el sofá y las cortinas elegidas dan un aire relajado, muy de “chill-out”.

Esta terraza está superbién aprovechada porque, sin ser enorme, tiene de todo. Una pequeña piscina para refrescarse del calor de la ciudad, una zona ajardinada para tomar el sol y relajarse y una pérgola con el comedor de verano. Y como guinda, una hamaca para disfrutar de las mejores siestas estivales.   

Un banco al fresco, dos zonas ajardinadas gemelas para dar frescor y llevar la naturaleza del entorno a la terraza, y un completo comedor de verano bajo una pérgola. Así se ha organizado esta terraza de una casa de campo para sacarle el máximo partido al espacio disponible.  

Esta zona exterior tiene una terraza y una mesa que hace de comedor exterior, con el mobiliario mirando al jardín. Han intentado incluir en su decoración muebles con fibras naturales en las mesitas, sillas y macetas para crear un ambiente mucho más relajado. ¡Hasta en la alfombra!

No hay nada mejor como lo ‘natural’ para la terraza: las piedras del exterior son de un suelo recuperado de una antigua iglesia medieval y en la zona de la pérgola se optó por una toba manual también recuperada. Sin duda, esta zona exterior ha quedado elegante, rústico y también muy verde. 

Esta terraza con decoración rústica da a un jardín con vistas a las montañas, creando un ambiente muy otoñal. Pero, al contrario de lo que podríamos pensar, este espacio transmite comodidad y calidez gracias a las mantas y a la madera.