Un gatito que se escondía debajo de un automóvil por seguridad necesitaba ayuda desesperadamente, pero los expertos afirmaron que la única otra opción era la eutanasia. A pesar del sombrío diagnóstico que le dieron, tenía muchas ganas de vivir.
Afortunadamente, siempre hay personas increíblemente amables y dispuestas a apoyar a los animales más indefensos, especialmente a aquellos que han sufrido negligencia y abandono.
Sin embargo, el tata Céspedes tomó la decisión de jugarse la vida por Angelito, cuidándolo y colmándolo de todo el amor que necesitaba para sobrevivir y tener una segunda oportunidad en la vida.
“La eutanasia nunca pasó por mi mente; Busqué todas las soluciones posibles. me dijeron que no viviría mucho, pero juré que lo cuidaría mientras tuviera vida”, dijo tata.
Las personas a menudo dudan en adoptar una mascota con una discapacidad, según tata.
Debido a un problema congénito que dañó sus vértebras al nacer, las patas traseras de Angelito estaban débiles e inamovibles.
Incluso tres clínicas veterinarias instaron a Tata a poner a dormir al pequeño gatito ya que muy pocas personas pensaban que tenía posibilidades de sobrevivir.
Quería hacerlo todo ya que creía que a pesar de su situación, el gato merecía la oportunidad de seguir adelante. Sin embargo, ella se negó a aceptar que el gato tuviera este desafortunado final.
Después de mucha investigación, finalmente se encontró con un veterinario que se dedicó a recuperar a este pequeño gatito y que confió en él. Finalmente, encontró a alguien que compartía su optimismo, que era justo lo que necesitaba.
tata declaró: “Otro veterinario me ofreció esperanza y dijo que tiene todos sus órganos bien, el único problema es que no puede caminar y me dijo que si le apetecía, podía hacerlo.
tata le compra una cena especial porque su dieta es cara y sus riñones pueden estar dañados. Ella demuestra que no hay justificación para no comprometerse con una vida de puro amor animal.
Aunque los animales discapacitados tienen requisitos únicos, todo es posible con amor. Pase lo que pase, todos merecen ser amados y cuidados.
Ella le cambia los pañales, le da masajes y, lo más importante, le colma de cariño.
Para permitirle moverse libremente, ya han creado tres sillas de ruedas que se adaptan a su físico en desarrollo.
Recuperó su independencia con la silla, y ahora se siente a gusto caminando y jugando. Ha desarrollado gradualmente la capacidad de adaptarse al sistema que mejora su calidad de vida.